Informe la Toma de Granada no es una fiesta - ¿Qué celebra el Ayuntamiento el día 2 de enero? (Nación Andaluza)

"Fue un momento malísimo, aunque digan lo contrario en las escuelas. Se perdieron una civilización admirable, una poesía, una astronomía y una delicadeza únicas en el mundo" (Federico García Lorca, sobre la conquista de Granada. Mayo de 1936)

El Ayuntamiento de Granada elige cada año el 2 de enero como fiesta local. Un sector cada vez más amplio de granadin@s acudimos a manifestar nuestro desacuerdo ante la conversión de este suceso histórico en un hecho festivo. Nación Andaluza-Granada hacemos público este informe para explicar las razones de nuestra propuesta de forma más detallada.

El Ayuntamiento celebra en esta fecha el incumplimiento por parte de Castilla de las Capitulaciones. Estas suponen un tratado de ámbito internacional entre dos reinos: el vencido reino de Granada y el vencedor reino de Castilla. La referencia en este tratado al respeto de costumbres, cultura y posesiones de la población del reino de Granada fue rápidamente ignorada por los vencedores. Las reacciones no tardarían en llegar. Tan solo 7 años después de la conquista (en 1499) comienzan las primeras revueltas en el Albayzín, provocando el desplazamiento de muchos granadinos hacia la Alpujarra.

El Ayuntamiento celebra el inicio de un proceso que pretenderá en pocos años terminar con una sociedad andaluza distinta y diferenciada de la de Castilla. En 1212, el Papa Inocencio III santificó una “nueva Cruzada” en la Península Ibérica que trajo ejércitos de toda Europa a Andalucía.

El Ayuntamiento celebra la conversión forzosa de l@s granadin@s, almerienses, malagueñ@s... a la religión católica, dictada en 1499 por el Cardenal Cisneros. Celebra la anulación de los derechos y la confiscación de las propiedades de la población andalusí por el simple hecho de serlo, y celebra también el primer decreto de expulsión de l@s granadin@s, que data de 1502.

El Ayuntamiento celebra la quema de miles de libros de l@s granadin@s en la plaza de Bibarrambla en febrero de 1502. Una quema que organizará el Cardenal Cisneros salvando tan solo unos 4000 ejemplares que se encuentran en la biblioteca de El Escorial y condenando a arder en la hoguera miles de tratados científicos, filosóficos, médicos, botánicos, geográficos...

El Ayuntamiento, en su empeño de festejar el 2 de enero, celebra la derrota de la insurrección del 25 de diciembre de 1568. Un gran alzamiento de l@ granadin@s (l@s felah-mengu de los que hablara Blas Infante, l@s campesin@s sin tierra, l@s jornaler@s) que pone en jaque al mayor ejército de la época. Decenas de miles de andaluces/zas se levantaron en armas contra las tropas de Felipe II bajo la dirección de Fernando de Córdoba y Valor, que adoptó el nombre de Mohanmad ibn Umayya (Aben Humeya). Elegido como rey de Andalucía por los notables reunidos en Consejo bajo un gran olivo de la localidad alpujarreña de Cádiar, en todas las sierras del país, desde las occidentales de Cádiz y Sevilla hasta las orientales de Almería, partidas guerrilleras populares se levantaron contra la monarquía de los Austrias, logrando repeler durante más de un año al ejército de Felipe II. El Ayuntamiento celebra que Castilla enviara hasta a tres ejércitos profesionales para doblegar a l@s andaluces/zas de entonces: los ya mencionados Tercios de Flandes, venidos del norte, los de Italia, desembarcados en las costas malagueñas, y las fuerzas de ocupación castellanas.

El Ayuntamiento celebra una tergiversación histórica, puesto que fue el 25 de noviembre de 1491 y no el 2 de enero de 1492 cuando se firmó el tratado por el que se entregó el reino de Granada a la monarquía castellano-aragonesa. Este tratado, también conocido como Capitulaciones de Granada, establecía un acuerdo entre el reino nazarí y el reino de Castilla que reconocía a los habitantes del reino sus leyes, costumbres y posesiones y que jamás llegó a cumplirse.

El Ayuntamiento celebra que fueran rechazados los argumentos del morisco Nuñez Muley en su Memorial de 1566 ante la nobleza castellano-aragonesa para que asumiera la identidad cultural andalusí con normalidad por ser los granadinos, almerienses o malagueños “los naturales del país”. Núñez Muley reconocía en este memorial a los moriscos como los habitantes naturales de Granada hasta en 66 ocasiones.

El Ayuntamiento celebra contra la opinión de insignes intelectuales granadinos a los que luego homenajea de forma traidora como Carlos Cano o Federico García Lorca.

El Ayuntamiento celebra una falsa culminación de la “unidad de España”, una tergiversación histórica más. El carácter español de esta fecha es una invención de cariz integrista católico, puesto que el 2 de enero de 1492 el reino de Navarra aún no estaba anexionado a Castilla, con lo que esa fecha no puede considerarse la culminación de la “unidad de España”. Los reinos de Castilla y Aragón tenían una legislación, usos y costumbres diferenciados todavía. De hecho, “España” no aparecerá como Estado nacional hasta inicios del siglo XIX. Lo único que el 2 de enero de 1492 desaparece es un Estado como el granadino, que no estaba ligado a los intereses del Vaticano.

El Ayuntamiento celebra el 2 de enero, por último, la destrucción del Estado granadino como la última autoridad política no-cristiana en la Península Ibérica (no de los musulmanes porque, como señalan Bernard Vicent y otros historiadores, l@s morisc@s perdurarán más allá de los decretos de expulsión de principios del siglo XVII, siendo posible abundantes rasgos andalusíes en la cultura andaluza actual.

(Nación Andaluza)

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